A pesar de estar demostrado que el buen sexo requiere tiempo, caricias y un trabajo pausado y metódico, el sexo exprés, “quickie” o rapidito puede ser una descarga importante de adrenalina de vez en cuando, sin olvidarnos que puede cumplir más de una fantasía, es una práctica fugaz y placentera que rompe la rutina, una forma de coito urgente, provocado por la aceptación cómplice de una pareja que busca huir del mundo real y se refugia en un lugar, casi siempre poco aconsejado para el efecto, a disfrutar de un apasionado momento espontáneo de placer que se convierte en un recuerdo memorable, y extremadamente erótico.
Lo hacemos en el tiempo que nos queda entre que los niños se duermen y nos da sueno, en la cocina o terraza en la casa, cuando ya estamos listos para salir al trabajo, minutos antes de que alguien llegue, en el auto, oficina o alguna fiesta en casa de amigos; en sitios públicos como baños, cines, ascensores, restoranes, trenes o aviones, que hacen disparar la adrenalina por la posibilidad de ser descubiertos o espiados.
Lo importante es que sea agradable, así sea en media hora como en cinco minutos y con el objetivo de dar y recibir placer sin culpas, sin presiones, dejándose llevar por el deseo, para romper la costumbre y avivar el fuego, con la libertad de estar sumergido en ese momento y gozar el cuerpo utilizando la mayor cantidad de sentidos posibles, dejar a un lado aspectos más racionales y preestablecidos de la sociedad y sin prólogos, sin flores ni cena a la luz de las velas, de hecho poco o nada de romanticismo, tener un instante de sexo exprés o sexo rápido, que no tiene por qué ser frio ni seco, sin orgasmo o sinónimo de insatisfacción, es un producto de las circunstancias y sin excusas para postponerlo que hay que aprender a vivirlo como una forma más de encuentro, atractivo, apasionado y con mucho riesgo.
En los humanos la imaginación, o como usualmente digo, el cerebro, es el arma más potente, es la que enciende el sistema límbico, responsable de ponernos a tono, evaluar las posibilidades que tenemos de conseguir nuestros objetivos y darnos la orden de seguir adelante; la estimulación hace funcionar el hipotálamo, que dispara las hormonas sexuales y, con ellas, la lubrificación de los órganos y la erección o tumefacción, con el consiguiente placer y orgasmo, es decir se pone en activo la respuesta sexual humana con todas sus fases.
“¿Ya está?” Quizá ésta sea una de las preguntas que más teme oír un hombre cuando está en la cama, sin embargo amigos mios un estudio de la Universidad de Penn State, en Pensilvania, aunque hay quien piense que yo lo acabo de inventar, demostro que acuerdo con una encuesta, basada en las respuestas de miles de pacientes, un acto “adecuado” dura de 3 a 7 minutos, uno “deseable” de 7 a 13 minutos, uno “demasiado corto” de 1 a 2 minutos y uno “demasiado largo” de 10 a 30 minutos. Este estudio lo puedes encontrar en infinidad de paginas de internet, todos los sexologos o curiosos en el tema lo comentan.
Según los autores de la investigación, "el objetivo del informe es desterrar los estereotipos sexuales de hombres todo poderosos, penes gigantes y mujeres insaciables que gimen toda la noche".
Los cientificos aseguraron que "La interpretación de un hombre o una mujer de su funcionamiento sexual y el de su pareja está fundada en creencias personales basadas en parte en los mensajes de la sociedad".
Afirman los investigadores que "muchos hombres y mujeres parecen creer en la fantasía de los penes enormes, las erecciones duras como una roca y el acto sexual que dura toda la noche", asi con este estudio sus autores, intentan "disipar dichas fantasías y alentar a hombres y mujeres con datos reales sobre lo que es un acto sexual aceptable", de esta formase podrán evitar decepciones y disfunciones sexuales.
El mayor enemigo del rapidito es el sexo tántrico, una enseñanza basada en el conocimiento budista e hindú, que considera el sexo como una forma de expansión y exploración de la espiritualidad. No hay que apurarse ni mirar las agujas del reloj sino buscar encuentros largos y relajados. Los que lo practican, como Sting, dicen que implica una unión sexual sin culpas en la que se venera el éxtasis y se busca un placer más prolongado a través de los cinco sentidos.
Los hombres que practican el sexo tántrico pueden tener múltiples orgasmos como las mujeres. Velas, aceites, masajes, música, frutas, tiempo y paciencia son algunos de los elementos fundamentales para practicarlo.
Sin embargo el éxito del sexo rápido es precisamente el factor sorpresa, y la creatividad de improvisar es fundamental; cualquier lugar en cualquier momento puede ser el sitio idóneo teniendo en en cuenta que no es lo mismo el sexo rápido que una penetración apresurada ni confundir un "rapidín" con la eyaculación precoz, porque en ésta no puedes controlar tu eyaculación, en cambio, en el sexo rápido tú tienes el control del tiempo en el que quieres eyacular; de lo que se trata es de tomar por asalto a los deseos y disponerlos a tu antojo, quizá ni siquiera sea el sitio adecuado, pero ¿qué importa? Para alcanzar el éxtasis, debes conseguir un elevado grado de excitación en pocos segundos al acelerar tus pensamientos eróticos y permitir que tu piel se sensibilice lo más rápido posible, tambien se recomienda decirle cosas a tu pareja con tal de que e se estimule y los dos lleguen a excitarse de manera conjunta y fuerte.
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